La página web Investigación y Ciencia ha publicado un interesante post sobre los acontecimientos científicos previstos para 2022 : vacunas, misiones espaciales, grandes experimentos de física y compromisos ambientales, entre los temas científicos que marcarán el año entrante. Repasemos lo que nos espera en este año.
COVID-19 y vacunas:
En 2022, los investigadores y las autoridades sanitarias también continuarán vigilando la posible aparición de nuevas variantes del virus SARS-CoV-2, así como los efectos a largo plazo en las personas que han superado la infección.
Los desarrolladores de vacunas han puesto sus miras en la próxima generación de vacunas diseñadas para protegernos del SARS-CoV-2, un virus que evoluciona muy deprisa. El próximo año podríamos ver el desarrollo de vacunas de ARN mensajero dirigidas contra variantes concretas, y algunos responsables sanitarios esperan un que las vacunas que emplean otras técnicas desempeñen un papel más importante. Las vacunas a base de proteínas representan un tipo de inmunización más convencional (algunas se han utilizado durante décadas contra enfermedades como la hepatitis y el herpes zóster) y en 2021 se han mostrado prometedoras contra la COVID-19 en ensayos clínicos de fase III. Y las vacunas basadas en ADN son más baratas de fabricar que las de ARNm y no hay que conservarlas en frío, por lo que podrían constituir una buena alternativa para los países de escasos recursos.
También se esperan avances en las vacunas contra otros virus y enfermedades importantes, como el VIH, la malaria y la enfermedad de Lyme.
EN FISICA:
Después de un cierre de varios años, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN debería reiniciar sus operaciones el próximo junio. Los principales experimentos del LHC, ATLAS y CMS, se han actualizado y ampliado con capas adicionales de detectores. Eso les permitirá recopilar más datos relacionados con los 40 millones de colisiones de protones que se producen cada segundo en cada uno de ellos.
Y tras experimentar sus propias mejoras, los cuatro detectores de ondas gravitacionales del planeta —uno en Japón, uno en Italia y dos en Estados Unidos— comenzarán con más observaciones en diciembre.
MISIONES LUNARES y MARCIANAS:
La NASA lanzará el orbitador Artemis I, que pretende llevar de nuevo astronautas a la superficie de la Luna. La tercera misión lunar de la India, Chandrayaan-3, pretende ser la primera en realizar un aterrizaje «suave» (uno que no dañe la nave) y acarreará su propio vehículo explorador. Japón también intentará su primer aterrizaje suave en la Luna con la misión SLIM, y Rusia buscará revivir la gloria del programa lunar soviético con el módulo de aterrizaje Luna 25. Por su parte, el orbitador lunar KPLO (Korea Pathfinder Lunar Orbiter) inaugurará la exploración lunar de Corea del Sur. En el ámbito privado, la compañía ispace, con sede en Tokio, lanzará el módulo de aterrizaje Hakuto-R, que transportará el vehículo explorador Rashid de Emiratos Árabes Unidos. Y dos empresas estadounidenses, Astrobotic Technology e Intuitive Machines están preparando sondas que llevarán instrumentos de la NASA a la superficie lunar.
Otro épico viaje espacial será la misión ruso-europea ExoMars, cuyo despegue tendrá lugar en septiembre y que llevará el vehículo explorador Rosalind Franklin de la Agencia Espacial Europea a Marte, donde buscará signos de vida pasada. El lanzamiento estaba programado para 2020, pero se retrasó, en parte debido a problemas con los paracaídas necesarios para aterrizar de manera segura. China también planea completar su estación espacial Tiangong, donde se desarrollarán más de 1000 experimentos que van desde la observación astronómica y de la Tierra hasta los efectos de la microgravedad y la radiación cósmica en el crecimiento bacteriano.
ACCIÓN CLIMÁTICA
Después de la cumbre COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), los delegados de todo el mundo se volverán a reunir en Sharm El-Sheikh en noviembre de 2022 para la COP27. Se espera que los países asuman compromisos coherentes con el objetivo del acuerdo de París de 2015 de limitar el calentamiento global a bastante menos de 2 grados Celsius por encima de las temperaturas preindustriales. Mientras, los investigadores vigilarán las emisiones de gases de efecto invernadero tras los compromisos contraídos en la COP26, que incluyen promesas de reducir el uso de carbón y las emisiones de metano. Tras una caída provocada por la pandemia en 2020, las emisiones de carbono se han recuperado en 2021.