Los Rolling Stones ya tienen en Marte una piedra con su nombre.

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Durante décadas, la música de los Rolling Stones ha tenido un alcance global aquí en la Tierra. Ahora, la influencia de la banda se extiende hasta Marte. El equipo detrás del módulo de aterrizaje InSight de la NASA ha nombrado a una roca marciana en honor a la banda: ‘Rolling Stones Rock’.

Un poco más grande que una pelota de golf, la roca parecía haber rodado unos 3 pies (1 metro) el 26 de noviembre de 2018, impulsada por los propulsores de InSight cuando la nave aterrizó en Marte para estudiar el interior profundo del Planeta Rojo. En las imágenes tomadas por InSight al día siguiente, se pueden ver varios surcos en el suelo naranja-rojo siguiendo la pista de Rolling Stones Rock. Es lo más lejos que la NASA ha visto rodar piedra mientras aterrizaba una nave espacial en otro planeta.

El actor Robert Downey Jr. hizo el anuncio el jueves 22 de agosto en el estadio Rose Bowl de Pasadena antes de que la icónica banda subiera al escenario. Entre bastidores antes de hacer el anuncio, Downey dijo: «La ciencia de la polinización cruzada y una banda de rock legendaria es siempre algo bueno…»

Los Rolling Stones – Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood – estaban encantados con la noticia y comentaron: «Qué manera maravillosa de celebrar la gira ‘Stones No Filter’ que llega a Pasadena. Esto es definitivamente un hito en nuestra larga y azarosa historia. Un gran agradecimiento a todos en la NASA por hacer que esto ocurriera.»

 

Los nombres científicos oficiales de lugares y objetos en todo el sistema solar – incluyendo asteroides, cometas y lugares en planetas – pueden ser designados sólo por la Unión Astronómica Internacional. Pero los científicos que trabajan con los rovers de Marte de la NASA han dado muchos apodos no oficiales a las rocas y otras características geológicas. Al hacerlo, les resulta más fácil discutir diferentes objetos y referirse a ellos en documentos científicos. Así que aunque el nombre Rolling Stones Rock es informal, aparecerá en los mapas de trabajo del Planeta Rojo.

La NASA utilizará sus misiones robóticas a Marte para ayudar a preparar la eventual exploración humana del Planeta Rojo. El programa Artemis de la NASA, encargado de devolver astronautas a la Luna, es el siguiente paso en la exploración humana. Es parte del enfoque más amplio de la NASA de exploración de Luna a Marte, que explorará rápida y sosteniblemente la Luna y permitirá el próximo salto gigante de la humanidad a Marte.

Altimetría Satelital para Ciencias de la Tierra

Satellite Altimetry for Earth Sciences. Frédéric Frappart, Ole Andersen, Sergey Lebedev and Guillaume Ramillien (Eds.). MDPI, April 2019. DOI: doi.org/10.3390/books978-3-03897-681-3
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Los satélites altimétricos determinan la altura de la superficie oceánica respecto de un punto de referencia, el nivel medio mundial del mar, que se denomina “geoide terrestre”, aunque inicialmente fue diseñado para medir la topografía del océano, con referencia a un elipsoide, y para la determinación del geoide marino.

Desde sus órbitas, los altímetros miden la topografía de la superficie del océano con gran exactitud para derivar la velocidad y dirección de las corrientes y los remolinos oceánicos, y observar las mareas y otros fenómenos. Para determinar la distancia a la superficie terrestre, los satélites altimétricos miden el tiempo que tarda un pulso de radar en viajar desde el satélite hasta la superficie y regresar.

La altimetría satelital ha proporcionado información extremadamente valiosa sobre las ciencias oceánicas (por ejemplo, las corrientes geostróficas superficiales circulantes, las estructuras de remolinos, las alturas de las olas y la propagación de las olas oceánicas de Kelvin y Rossby).

Con más de 25 años de observaciones, también se está convirtiendo en un elemento vital para la investigación climática, ya que proporciona mediciones precisas de las variaciones del nivel del mar a escala regional y mundial. La altimetría también ha demostrado un gran potencial para la investigación geofísica, criosférica e hidrológica y ahora se utiliza comúnmente para la vigilancia de la topografía de la capa de hielo del Ártico y la Antártida y de los niveles de las aguas superficiales terrestres.

El objetivo de este libro es presentar reseñas y avances recientes de interés general en el uso de la altimetría de radar en las ciencias de la Tierra. Los textos están relacionados con cualquier aspecto de la técnica de altimetría de radar o aplicaciones geofísicas. También se recomienda el uso de materiales originales resultantes de la aplicación de la nueva tecnología altimétrica (banda SAR, SARin y Ka) y de las mejoras que se esperan de las misiones que se lanzarán en un futuro próximo (por ejemplo, SWOT).

 

 

La astrofísica Mirjana Povic y el proyecto STEM for Girls Ethiopia

La astrofísica serbia Mirjana Pović (Pançevo, 1981) empezó a interesarse por la astronomía cuando era una niña. Cada día observaba el cielo y se preguntaba qué eran la Luna y el Sol. “Tenemos un laboratorio encima nuestro [el cielo]. Yo sentía mucha curiosidad y pensaba: Cuando sea mayor voy a entender de dónde viene esa luz y esos puntos del cielo”. 

Solo tenía nueve años cuando comenzó la guerra de Yugoslavia. En la escuela, faltaba el material educativo y motivación entre el personal. Fuera de ella, se enfrentaba a una fuerte tensión social y familiar. El conflicto duró 10 años, pero los efectos mucho más: “Mi familia antes de la guerra era de clase media baja, pero durante la guerra la clase media desapareció”. Poco después Pović comenzó la carrera de astrofísica en la Universidad de Belgrado. Cada día tenía que viajar más de 20 kilómetros desde Pançevo a la capital y “no tenía ni para pagar el transporte”. Por ello, hacía autostop para poder ir a clase. Aún así, consiguió graduarse y hoy es profesora del Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales y un referente para muchas niñas que viven en condiciones de pobreza.

Mirjana Povic ha desarrollado su carrera investigadora principalmente en Europa (en Tenerife y Granada y ahora vinculada al Instituto de Astrofísica de Andalucía), al tiempo que buscaba el modo de aplicar sus conocimientos en África, un continente por el que siente fascinación. «Mi país estaba en guerra cuando yo era pequeña. Nunca hubiera podido dedicarme a la ciencia sin el apoyo de mi familia, una educación universitaria gratuita y una beca para mi doctorado. Los niños de países en desarrollo deben saber que sus vidas pueden cambiar, pero no es suficiente que trabajen duro. Es fundamental contar con el apoyo de la sociedad, y el acceso a la educación es el primer paso», apunta tajante.

Pović ha recibido este año 2019 el premio Nature Research Award en la categoría de ciencia inspiradora. Este galardón, dotado con 10.000 euros, reconoce los logros de jóvenes investigadoras y sus esfuerzos para que otras mujeres accedan al ámbito científico.

“En la mayor parte de África subsahariana las familias viven de la agricultura y la ganadería, tienen un promedio de cuatro o cinco hijos y los recursos para que los niños vayan al colegio son muy limitados”, cuenta. Pese a que cada vez más chicas tienen la posibilidad de acceder a la educación primaria y secundaria, todo se complica cuando deben ir a un centro escolar de otra ciudad o a la universidad. “La pobreza no afecta a toda la sociedad de la misma forma. Las que más sufren son las mujeres. Todavía se da prioridad a los chicos para que puedan estudiar”, afirma la astrofísica.

Esta doctora ha dado clases en orfanatos y enseñado a niños de la calle en Tanzania, Sudáfrica y Ruanda. También ha formado a las primeras generaciones de estudiantes de máster y doctorado en Astronomía en Etiopía, Tanzania, Ruanda y Uganda. Ahora pretende destinar el premio a poner en marcha el proyecto STEM for Girls Ethiopia, que tiene como objetivo dar visibilidad a las mujeres científicas y fomentar la vocación entre las estudiantes de secundaria para hacer carreras STEM. «Tenemos el objetivo de alcanzar el mayor número posible de niñas en toda Etiopía. Adicionalmente, mi sueño es crear una red africana de mujeres que trabajan en astronomía y ciencias espaciales para visibilizar, unir, y empoderar a las mujeres en nuestro campo», concluye la investigadora.

Desde 2016, esta doctora vinculada al Instituto de Astrofísica de Andalucía da clases y supervisa a los estudiantes que estudian un máster y un doctorado en el Instituto Etíope de Ciencia y Tecnología Espaciales. Allí, el principal problema para ofrecer una formación de calidad es “la falta de personal cualificado”. De los 111 empleados en el instituto —entre los que también están los trabajadores administrativos, financieros y personal de apoyo—, solo cinco cuentan con un doctorado. Y de esos cinco, ella es la única mujer.

La falta de personal dificulta la posibilidad de dedicar tiempo a sus propios proyectos. Pero siempre que puede intenta avanzar en sus investigaciones en astronomía extragaláctica. Concretamente estudia las propiedades de las galaxias activas: “De ellas recibimos energías y luminosidades mucho más altas que de galaxias normales y son unos de los objetos más brillantes que tenemos en el universo”. Por ejemplo, analiza cuál es el rol de estas galaxias activas en la evolución y formación de las galaxias en general, como han ido evolucionando a lo largo del tiempo cósmico o cuáles son las propiedades de las que tienen muy baja luminosidad.

Esta falta de tiempo para progresar en los proyectos es uno de los problemas a los que se enfrentan muchas mujeres científicas africanas. “Tener una familia en África es una deber. Es difícil encontrar mujeres que no tienen hijos. Cuando vuelven a casa, el peso no se comparte de la misma forma entre hombres y mujeres. Ellas son las que normalmente se encargan de las labores del hogar y de cuidar a sus hijos”, cuenta.

No obstante, para estas mujeres las dificultades comienzan mucho antes. Los sesgos sobre la capacidad de las mujeres para realizar ciertos trabajos están presentes desde edades tempranas. En un estudio publicado en 2017 en la revista Science, se preguntaba a niños y niñas si, cuando se les hablaba de una persona especialmente inteligente, creían que era de su sexo o del contrario. Cuando los pequeños tenían cinco años, no se observaban diferencias, sin embargo, a partir de los seis, la probabilidad de que las niñas considerasen que la persona brillante fuera de su sexo descendía.

“Desde que somos pequeñas siempre hemos sido sobreprotegidas en todo el mundo. Se nos muestra que somos más frágiles y esa confianza que los demás no tienen en nosotras se nos queda grabada para siempre”, cuenta Pović. Para acabar con estos prejuicios y fomentar la vocación entre las niñas es imprescindible tener referentes femeninos: “Si desde que somos pequeñas no tenemos referencias de mujeres matemáticas o físicas, ¿cómo vamos a elegir uno de estos campos cuando nos hagamos la pregunta?”.

Luchar contra estos estereotipos y conseguir que las niñas puedan ser científicas en África o en cualquier lugar del mundo “no corresponde solo a las maestras, madres o mujeres líderes. Es un trabajo de la sociedad”, asegura la astrofísica. Para ella, es fundamental informar de que este tipo de sesgos existen para intentar evitarlos tanto en las escuelas como en Internet y los medios de comunicación. Crear vínculos entre las mujeres científicas para que se apoyen entre sí y se sirvan de inspiración también es muy útil. Pović, por ejemplo, forma parte de la organización española AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas).

También considera que acabar con la pobreza e invertir en proyectos de desarrollo en educación y en políticas de igualdad “va a ser beneficioso para las niñas”. La astrofísica aboga por la discriminación positiva hasta que hombres y mujeres tengan las mismas posibilidades: “Dar más becas y oportunidades a las mujeres para intentar sacar lo mejor de ellas”. Ella da prioridad a las chicas que estudian en el instituto a la hora de supervisar sus proyectos y está convencida de que poco a poco el cambio es posible. Muestra de ello es que ella ha supervisado a la primera chica en Ruanda que ha cursado un máster en Astronomía y está haciendo un doctorado. La idea es que cada vez sean más las mujeres que trabajen como matemáticas, físicas o astrónomas y den clases en universidades. Es decir, que haya más referentes para que las niñas en África también quieran y puedan ser científicas.


FUENTE: Jorge Palacios

Micro/nanomateriales para la energía limpia y el medio ambiente

 Micro/Nano Materials for Clean Energy and Environment. Zhongchao Tan and Qinghai Li (Eds.). MDPI, July 2019. DOI: doi.org/10.3390/books978-3-03921-129-6
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La Universidad de Tsinghua y el Centro de Investigación Conjunta de la Universidad de Waterloo crearon en noviembre de 2017 un Centro de investigación para la Tecnología de la Micro/Nano Energía y el Medio Ambiente (JCMEET) que sirve de plataforma para que los investigadores de ambas universidades lleven a cabo investigaciones conjuntas en las áreas objetivo, y se reúnan regularmente para intercambiar información, talento y  conocimientos, especialmente en los campos de las tecnologías micro/nano, energéticas y ambientales.

El objetivo del centro está en el estudio de tres intereses principales: la tecnología de micro/nanoenergía, la tecnología de control de la micro/nano contaminación y la investigación fundamental pertinente.

Con el fin de celebrar el primer aniversario del Centro Común de Investigación, se invitó a los miembros a participar y coordinar este número especial de materiales centrados en el tema de los micro/nanomateriales para la energía limpia y el medio ambiente.

Este documento recopila trabajos de investigación de una amplia gama de temas relacionados con materiales micro/nanoestructurados destinados a recursos energéticos futuros, conversión de energía de bajas emisiones, almacenamiento de energía, mejora de la eficiencia energética, control de emisiones atmosféricas, monitoreo del aire, limpieza del aire y muchas otras aplicaciones relacionadas. Este número especial ofrece una oportunidad y un ejemplo para que la comunidad internacional discuta cómo abordar activamente los problemas energéticos y medioambientales a los que nos enfrentamos.

La JCMEET está comprometida con la solución de los problemas ambientales mundiales que plantea la utilización de la energía en China y Canadá y asesora activamente a las respectivas administraciones (es decir, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Educación, etc.) para facilitar la firma del marco de cooperación intergubernamental. Todo esto se hará a través de una serie de esfuerzos para apoyar a ambos países a nivel nacional.

Avances en la gestión del agua: ahorro, tratamiento y reutilización

 

Recent Advances in Water Management: Saving, Treatment and Reuse. Herrera-Melián, José ; Méndez, José (eds). MDPI, 2018. DOI: 10.3390/books978-3-03897-032-3.
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El agua siempre ha determinado el desarrollo de los pueblos y las civilizaciones. Históricamente, el ser humano se ha asentado en la orilla de ríos que podrían proporcionar agua para el consumo y ayudar a deshacerse de los residuos. Además, los cursos de agua también han servido para intercambiar riquezas, materias primas y productos manufacturados, pero sobre todo han servido para la difusión del conocimiento y la cultura.
Es evidente que el agua es un componente esencial para la vida. Lo que no es tan evidente es que en una población en constante crecimiento, todavía podamos garantizar el acceso a un agua de calidad, debido a la creciente disminución de los recursos naturales, incluyendo: la deforestación, con las consecuencias de la pérdida de la erosión del suelo fértil, la reducción de la infiltración y la sustitución de los acuíferos; la eutrofización y nitrificación de los lagos, ríos y aguas costeras; la aparición y el aumento de contaminantes emergentes, principalmente pesticidas, PCBs, HAPs, productos para el cuidado personal, retardadores de llama, filtros UV, etc.., y sus efectos tóxicos, tanto agudos como crónicos, pero también cancerígenos, teratogénicos y alteradores endocrinos, sobre la biota y la población humana.

A todo ello hay que añadir la amenaza del cambio climático, cuyo impacto real aún no se ha determinado, ya que dependerá de la capacidad del mundo para controlar sus emisiones de gases de efecto invernadero. En cualquier caso, cabe esperar una radicalización aún mayor del clima, con un aumento del número de fenómenos extremos de sequía e inundaciones. Esto, a su vez, está provocando migraciones de poblaciones de las zonas más afectadas -supuestamente de las más pobres, ya que son las que menos dinero tienen para combatir el cambio climático- a los países más ricos, en particular Europa y América del Norte.
Es en este escenario donde se debe implementar un sistema de gestión del agua, cuyo objetivo debe ser garantizar el acceso a un agua de calidad para toda la población, minimizando el impacto ambiental. Para alcanzar este ambicioso objetivo, será necesario aplicar medidas de diversa índole. En términos generales, podemos dividirlos en dos tipos: medidas administrativas, es decir, de carácter socioeconómico, educativo y político, y medidas científicas y tecnológicas, relacionadas con el aumento de la eficiencia en el uso del agua, con el fin de minimizar el impacto ambiental de la extracción, uso, tratamiento y vertido del agua de vuelta a la Naturaleza, en condiciones óptimas.
Los autores de este libro han ofrecido su talento, esfuerzo y compromiso diario, para lograr, quizás sin ser plenamente conscientes de ello, un mundo más sano y más justo. En resumen, un planeta mejor para todos nosotros.